Madrid, 4 de marzo de 1918. En la mañana del 14 de abril de 1914 salió de su domicilio en C. Fúcar, cerca de Atocha, para dirigirse al Instituto de San Isidro, en la calle de Toledo. Una modistilla le colocó en la solapa la bandera tricolor republicana. Se unió a un grupo de estudiantes que se dirigían a la plaza de la Opera donde se iba a derribar una estatura de Isabel II. Con posterioridad, ya que no vio el derribo, se desplazó a la Puerta del Sol. Vinculado en los años republicanos a la FUE y a la CNT, muy pronto destacó como ilustrador de libros y publicaciones, además de ser colaborador de la revista de Educación sexual “ESTUDIOS”. Autor de un “Tratado de dibujo geométrico y sus aplicaciones técnicas”, prologado por su amigo el arquitecto Fernando Chueca Goytia; este libro, considerado una auténtica enciclopedia, ha sido una magnifica herramienta para la formación de varias generaciones de delineantes, aparejadores y arquitectos, si bien a Luis Rubio le fue prohibido por el régimen franquista reanudar sus estudios en la Universidad española. Cuando se produjo la sublevación cívico-militar del 18 de Julio de 1936, preparaba su ingreso en la Escuela de Arquitectura. Se incorporó voluntario al Ejército republicano, donde alcanzó el grado de capitán de Estado Mayor en el seno de la 14ª División, mandada por Cipriano Mera.Tras la derrota republicana, fue detenido y encarcelado durante varios años. Al recuperar la libertad, acometió. con otros antiguos miembros de la Federación Universitaria Escolar (FUE) la reconstrucción clandestina del mítico sindicato que tanto había contribuido a la caída del régimen de Primo de Rivera, con la finalidad de hacer frente al SEU, el Sindicato de Estudiantes Universitarios, del régimen franquista. Vuelta a prisión en 1946 y condenado a trabajos forzados. Participó en la preparación de la celebre fuga de Cuelgamuros, que finalmente sólo pudieron llevar a efecto Nicolás Sánchez-Albornoz y Manuel Lamana. Fue torturado entonces de modo salvaje por el tristemente recordado comisario Roberto Conesa, por lo que le quedaron graves secuelas en la visión. Tras cumplir once años de prisión se reincorporó a la lucha anti franquista en la clandestinidad, en el seno del republicanismo. A la muerte de Franco fue uno de los reorganizadores de Izquierda Republicana, partido que llegó a presidir en los años de la Transición. Durante todos estos años ha sido incesante su presencia en las publicaciones republicanas, así como en infinidad de eventos de reivindicación de la República. En el año 2002, recibió, junto a Eduardo Haro Tecglen y Mario Onaindia el Premio a la Lealtad Republicana, otorgado por la Asociación “Manuel Azaña”. Falleció en la Clínica “La Milagrosa”, de Madrid, el 2 de febrero de 2010. Fue enterrado en el Cementerio de Robledo de Chavela (Madrid).
sábado, 13 de marzo de 2010
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