lunes, 28 de diciembre de 2009

JOSE MARIA BRAVO FERNANDEZ-HERMOSILLA


Madrid el 8 de abril de 1917. Desde pequeño recibió una formación muy completa, en la Institución Libre de Enseñanza, que le permitió realizar intercambios estudiantiles en Alemanía (donde permaneció un curso completo entre 1932 y 1933). Estudiante de Ingeniería en Madrid, el estallido de la Guerra Civil le sorprendió en Santander, presentándose como voluntario a Aviación en el campo de La Albericia, donde realizó sus primeros vuelos (anteriormente había practicado vuelo sin motor en Ocaña). El 6 de noviembre partió en barco hacia Francia y regresó a la España republicana por Barcelona, donde se presentó a la convocatoria de pilotos que por esas fechas se estaba realizando, renunciando a una plaza en el primer curso de Observadores. En diciembre de 1936 partió junto con Claudín, Arias, Meroño y Tarazona hacia Kirovad, Rusia, bajo el mando de Manuel Cascón. Seleccionado como piloto de Caza, regresó a España en junio de 1937, habiendo sido nombrado cabo el 31 de marzo y sargento el 30 de abril. Fue destinado a la 1ª Escuadrilla de Chatos haciendo algunos servicios en la batalla de Brunete. Poco después pasó a la 1ª Escuadrilla de Moscas que se estaba reorganizando en Los Llanos (Albacete) bajo el mando de Devotchenco con Ivanov de segundo. Combatió en Belchite y pronto fue nombrado jefe de Patrulla. En diciembre de 1937 Claudín pasó a mandar la 1ª Escuadrilla y Bravo pasó a ser el segundo jefe de la Escuadrilla. En la segunda quincena de abril se reconstituyó la 3ª Escuadrilla, ahora con personal español, y Bravo asumió su mando. Llevó de jefes de patrulla a Toquero y Tarazona, veteranos del Norte, y a Alarcón, un murciano de 55 kg de peso. Los restantes pilotos de la Escuadrilla fueron los madrileños Fierro y Yuste, los valencianos Beltrán y Paredes, el maño Utrilla y un soñador, Sirvent. Bravo había ascendido a teniente el 11 de marzo y fue promovido a capitán el 31 de mayo. La 3ª Escuadrilla actuó desde Sagunto toda la campaña de Castellón, en El Vendrell cuando el ataque a la cabeza de puente de Balaguer, y basado en Camporrobles en los días del ataque final a Valencia antes había estado algún tiempo en Alicante, como defensora del puerto. En las primeras semanas del Ebro operó desde Pla de Cabra (Tarragona), tras una breve estancia en Vendrell. El 27 de agosto fue nombrado segundo jefe del Grupo 21. En septiembre cedió el mando de la 3ª Escuadrilla a Tarazona y operó con el Estado Mayor del Grupo hasta la pérdida de Cataluña. Pasó la frontera a primeros de febrero y después de una estancia en los campos de concentración franceses de Argelés y Gurs aceptó la oferta de ir a la URSS en julio de 1939. Pasó a estudiar en la Escuela de Ingenieros de Jarkov. Ante la imposibilidad de ingresar en la Fuerza Aérea, junto a un contingente de refugiados españoles, ingresó en una unidad guerrillera, con la que luchó en la retaguardia alemana en operaciones de sabotaje nocturno en la región del Mar de Azov. Consiguió pasar a la aviación a mediados de 1942. Destinado a la defensa antiaérea, su misión consistió en impedir los ataques a los campos petrolíferos de la región de Bakú. Como dato curioso, fue el jefe de la Unidad que escoltó a Stalin a la conferencia de Teherán. Permaneció hasta 1948 en la aviación soviética, siendo los españoles desmovilizados con la excusa de la deserción de un español a Turquía en un Yak 10. Al ser comunicada la desmovilización, el ya teniente coronel Bravo se encaró con el mando soviético alegando: "Si hubiera sido un ucraniano el desertor.....¿desmovilizaríais a todos los ucranianos?". Tras 12 años de contiendas, ingresó como profesor en el Instituto de Idiomas de Moscú, del que llegaría a ser Decano. Regresó a España en 1960 para cuidar a sus padres, donde no se le permitió volar más ni ejercer la docencia. En sus últimos años, el coronel Bravo (el Gobierno español le reconoció dicho grado) desarrolló una actividad frenética: miembro muy activo de la Asociación de Aviadores de la República (ADAR), apoyó y ayudó a la búsqueda de financiación para la adquisición de un I-16 por parte de la "Fundación Infante de Orleáns", escribió sus memorias en "El Seis Doble" y acudía a cuantas citas aeronáuticas le permitía su edad. En marzo de 2005, y en compañía del piloto Yago Alonso, volvió a volar en un avión de origen ruso e incluso hizo alguna acrobacia. Con 23 derribos individuales confirmados, 12 colectivos, y 11 probables, fue el último superviviente considerado como un as de la Aviación Republicana Española. Con él se va el último de los grandes representantes de una época en la que se volaba a cabina descubierta y casco de cuero. Falleció en Madrid el 26 de diciembre de 2009.

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