“LAZOS DE SANGRE”. ANGEL ALCALDE FERNANDEZ. INSTITUCION “FERNANDO EL CATOLICO”. DIPUTACION DE ZARAGOZA. 2010.
Con el subtítulo de “Los apoyos sociales a la sublevación militar en Zaragoza. La Junta Recaudatoria Civil (1936-1939)”, se nos despierta el interés por el excelente trabajo mostrado por su autor. Este trabajo está basado en una tesis, dirigida por la prestigiosa profesora Angela Cenarro, en septiembre de 2008, ante un tribunal en la Universidad de Zaragoza, que le otorgó la máxima calificación. El mismo trabajo estuvo becado por la Institución “Fernando el Católico”, de la Diputación de Zaragoza y el Gobierno de Aragón. A través de sus páginas el autor saca a la luz gran cantidad de documentación no publicada hasta la fecha, junto a la prensa de la época, que es considerada, en este trabajo, un caudal inagotable de datos. El libro está estructurado en 3 partes: la primera dedicada al sangriento año de 1936, el segundo al período de 1937-38, y el tercero a 1939 y años de posguerra. A través de sus páginas se visiona a la sociedad zaragozana de la época anterior al estallido del conflicto bélico, con sus asociaciones, organizaciones, grupos de presión hasta el golpe de 1923, que sirve de anestesia, por el régimen de Primo de Rivera, hasta la implantación republicana, el resurgir de los grupos derechistas, resultados electorales que giran hacia la izquierda en la capital y hacia la CEDA en la provincia. Se observa, entre sus páginas, la actitud de las clases medias y otros grupos sociales, tras los primeros momentos del golpe de julio de 1936, un tema poco estudiado, a nivel local y provincial. Se ofrece un tinte telegráfico a los aspectos de la sublevación, ya que se tienen datos de los muchos civiles que entraron en dependencias militares a tomar las armas con objeto de realizar las tareas más ingratas, como fue el control de la represión, mientras los militares tardaron un tiempo prudencial en salir de sus cuarteles. A través de la prensa de la época puede apreciarse, con todo tipo de detalles, la relación casi nominal de los participantes de aquellos días y posteriores. Se narra cronológicamente la fundación de la Junta Recaudatoria Civil de la Defensa Nacional, surgida con el fin de unificar la recaudaciones con que hacer frente a las necesidades de las fuerzas armadas y milicias civiles que apostaron por la sublevación. Se remarca el papel desarrollado por la entidad formada ya que fue su actuación fundamental para el triunfo de los sublevados; se ofrece la composición exhaustiva, tanto a nivel local como en pueblos alejados a través de diversas Comisiones Locales Recaudatorias. Se ofrece un curioso listado, donde aparecen desde quien donó toda su fortuna valorada en un millón y medio de pesetas de la época, a personas de la aristocracia, nobleza, comerciantes, junto a su sinfín de anécdotas como el de la familia de Buñuel, o el churrero que entregaba 100 churros diarios destinados a los hospitales militares, la propietaria de una muy conocida casa de prostitución, talleres donde se trabajaba una hora más diariamente, hasta presos izquierdistas que hicieron llegar su contribución a los sublevados, junto a quienes entregaron sus alianzas de oro, las Medallas de Oro de la Ciudad, niños que entregaban sus juguetes. Se da cuenta de las vivencias de algunos refugiados, la necesidad de tener que pagar tributos por ser considerados de izquierdas o no simpatizantes, varias postulaciones con huchas, la necesidad de vestir la camisa azul protectora o el verse obligado a ingresar en el Ejército, con objeto de salvar la piel. Se describen las necesidades inherentes y los repartos durante la posguerra. Se ofrece una geografía estadística de la localización ciudadana de los falangistas a nivel zaragozano, así como los barrios donde se vivió con mayor entusiasmo la sublevación. A través de sus páginas se observa la red de intereses relacionados entre sí y muy conectados con los grupos políticos protagonistas de la sublevación. En los anexos se ofrecen gran cantidad de imágenes relacionadas con el tema tratado, donde aparecen listas nominales de colaboradores, la composición de la JRC, de personas en grupos partidarias de la sublevación, documentos que prueban la relación de los contribuyentes. Libro, de excelente calidad, que presenta un tema novedoso, con un buen número de anotaciones a pie de página, que harán las delicias de los lectores. Libro enteramente recomendado para los amantes de la historiografía de la Guerra civil, la historia local y la historia de Aragón.
Con el subtítulo de “Los apoyos sociales a la sublevación militar en Zaragoza. La Junta Recaudatoria Civil (1936-1939)”, se nos despierta el interés por el excelente trabajo mostrado por su autor. Este trabajo está basado en una tesis, dirigida por la prestigiosa profesora Angela Cenarro, en septiembre de 2008, ante un tribunal en la Universidad de Zaragoza, que le otorgó la máxima calificación. El mismo trabajo estuvo becado por la Institución “Fernando el Católico”, de la Diputación de Zaragoza y el Gobierno de Aragón. A través de sus páginas el autor saca a la luz gran cantidad de documentación no publicada hasta la fecha, junto a la prensa de la época, que es considerada, en este trabajo, un caudal inagotable de datos. El libro está estructurado en 3 partes: la primera dedicada al sangriento año de 1936, el segundo al período de 1937-38, y el tercero a 1939 y años de posguerra. A través de sus páginas se visiona a la sociedad zaragozana de la época anterior al estallido del conflicto bélico, con sus asociaciones, organizaciones, grupos de presión hasta el golpe de 1923, que sirve de anestesia, por el régimen de Primo de Rivera, hasta la implantación republicana, el resurgir de los grupos derechistas, resultados electorales que giran hacia la izquierda en la capital y hacia la CEDA en la provincia. Se observa, entre sus páginas, la actitud de las clases medias y otros grupos sociales, tras los primeros momentos del golpe de julio de 1936, un tema poco estudiado, a nivel local y provincial. Se ofrece un tinte telegráfico a los aspectos de la sublevación, ya que se tienen datos de los muchos civiles que entraron en dependencias militares a tomar las armas con objeto de realizar las tareas más ingratas, como fue el control de la represión, mientras los militares tardaron un tiempo prudencial en salir de sus cuarteles. A través de la prensa de la época puede apreciarse, con todo tipo de detalles, la relación casi nominal de los participantes de aquellos días y posteriores. Se narra cronológicamente la fundación de la Junta Recaudatoria Civil de la Defensa Nacional, surgida con el fin de unificar la recaudaciones con que hacer frente a las necesidades de las fuerzas armadas y milicias civiles que apostaron por la sublevación. Se remarca el papel desarrollado por la entidad formada ya que fue su actuación fundamental para el triunfo de los sublevados; se ofrece la composición exhaustiva, tanto a nivel local como en pueblos alejados a través de diversas Comisiones Locales Recaudatorias. Se ofrece un curioso listado, donde aparecen desde quien donó toda su fortuna valorada en un millón y medio de pesetas de la época, a personas de la aristocracia, nobleza, comerciantes, junto a su sinfín de anécdotas como el de la familia de Buñuel, o el churrero que entregaba 100 churros diarios destinados a los hospitales militares, la propietaria de una muy conocida casa de prostitución, talleres donde se trabajaba una hora más diariamente, hasta presos izquierdistas que hicieron llegar su contribución a los sublevados, junto a quienes entregaron sus alianzas de oro, las Medallas de Oro de la Ciudad, niños que entregaban sus juguetes. Se da cuenta de las vivencias de algunos refugiados, la necesidad de tener que pagar tributos por ser considerados de izquierdas o no simpatizantes, varias postulaciones con huchas, la necesidad de vestir la camisa azul protectora o el verse obligado a ingresar en el Ejército, con objeto de salvar la piel. Se describen las necesidades inherentes y los repartos durante la posguerra. Se ofrece una geografía estadística de la localización ciudadana de los falangistas a nivel zaragozano, así como los barrios donde se vivió con mayor entusiasmo la sublevación. A través de sus páginas se observa la red de intereses relacionados entre sí y muy conectados con los grupos políticos protagonistas de la sublevación. En los anexos se ofrecen gran cantidad de imágenes relacionadas con el tema tratado, donde aparecen listas nominales de colaboradores, la composición de la JRC, de personas en grupos partidarias de la sublevación, documentos que prueban la relación de los contribuyentes. Libro, de excelente calidad, que presenta un tema novedoso, con un buen número de anotaciones a pie de página, que harán las delicias de los lectores. Libro enteramente recomendado para los amantes de la historiografía de la Guerra civil, la historia local y la historia de Aragón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario